"No. No me conocéis. No me habéis visto.
Sólo mi sombra entra
a vuestro mundo. Más allá estoy yo,
blanco de eternidad frente a la luz eterna.
Como en sueños me sinto vivir a mis espaldas:
en donde el mundo acaba mi pensamiento empieza.
Amáis y odiáis mi sombra;
pero es sólo mi sombra... - qué tristeza
y qué placer...! -
Y yo estoy solo, nuevo,
como el agua que espera
que, a un mandato del mundo, le reclame la fuente
en dolores de cauce alivio de riberas.
No. No me conocéis. No me habéis visto.
Sólo es mia la luz que me proyecta!
Yo estoy en la distancia
donde está mi grandeza,
pues, estando muy lejos,
parezco estar muy cerca.
Estoy en ese punto
donde muere el sonido y el silencio no llega.
Donde cesa la imagen su trayecto visible
y, en ausencia suprema,
se desciñe su atuendo de miradas y siente
su libre desnudez infinita y eterna"
(Tomás Losa Carretero)
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